Nina Pacari, Ex Canciller del Ecuador“Los pueblos indígenas vemos con mucho interés cómo se van materializando nuestras aspiraciones”. “El siguiente paso es la materialización del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas”.
El reconocimiento de los pueblos indígenas es un camino trazado en Bolivia y su incorporación en la diplomacia nacional, para la ex canciller del Ecuador Nina Pacari, puede servir de ejemplo para los países de la región, sobre todo los de la zona andina que tienen realidades similares a la boliviana.
Pacari se encuentra en el país para dar cursos sobre derechos indígenas en la Academia Diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores. Destaca la inclusión de lo plurinacional en el ámbito diplomático. Considera un avance la inclusión de los pueblos indígenas en la nueva Constitución y dice que el siguiente paso es la materialización de sus derechos.
—Es novedoso que se incorpore el tema, no sólo de los derechos indígenas, sino la problemática indígena dentro de la diplomacia boliviana. ¿Cómo está viendo este avance?
—Sumamente importante, fundamental diría yo en la medida en que, por un lado, está la incorporación desde el sector pluricultural del país, como miembros (indígenas) para la carrera diplomática; por otro, en cuanto a contenidos, el cómo conocer materias que han estado fuera del tratamiento de la diplomacia, dígase de derecho de los pueblos indígenas, de los afrodescendientes; (ver) cómo la norma internacional ha avanzado y cómo en las instancias del sistema, tanto de las Naciones Unidas como de la Organización de Estados Americanos, como representación de un Estado plurinacional, le va a corresponder a toda la diplomacia (boliviana), representarlas y tienen que hacerlo desde la membresía diversa, así como desde los contenidos diversos de un país.
—¿Cómo se ve el camino que Bolivia ha transitado en estos años?
—Nosotros, como pueblos indígenas, (lo vemos) con mucho interés, viendo no sólo las novedades, sino el hecho de que se van materializando algunas de las aspiraciones que en cada uno de nuestros países tenemos; eso alimenta para animar con fuerza la continuación de nuestra lucha por la defensa de nuestros derechos, por la conquista de derechos.
Se ve que hay una ruta, que hay un camino trazado y como ya está, a escala mundial, posicionada la diversidad cultural de los pueblos indígenas, no sólo por una reforma constitucional, sino desde la lucha de los pueblos indígenas, desde la década de los 90; es un paso que no tiene vuelta atrás; la inclusión de los pueblos indígenas es un hecho, es una medida y así lo están considerando también en países europeos o iberoamericanos, en que hay un nuevo actor que no ha llegado de visita, que no fue considerado y (que está ahora) para mantenerse, para permanecer, para avanzar, para recrear y, de hecho, para contribuir al desarrollo del país.
—¿Cómo puede incidir la incorporación de los indígenas dentro de la diplomacia de la región?
—Aceptando (aquello) ya como un marco institucional como tal; puede ser el ejemplo para que los otros países lo adopten. En el Ecuador, en el año 2003, durante seis meses cuando asumí la Cancillería, se hizo este intento; pero seis meses son insuficientes y cuando salí, de hecho, lo poco que se comenzó a implementar quedó nuevamente en nada.
Siendo la realidad de los Estados de la región andina similar a la de Bolivia, lo que tiene que expresarse, justamente, al amparo del principio de la plurinacionalidad, es esa incorporación de los sectores excluidos, de los pueblos indígenas, sectores populares del ámbito académico, cultural, en fin, esa riqueza es lo que le va a dar una solidez y va a incidir en los otros países para que de una u otra manera puedan acoplarse a los nuevos vientos, a las nuevas realidades, a las exigencias que están de nuevo alertas en América Latina.
—Bolivia y Ecuador están desarrollando procesos que son novedosos en el sentido de que se están incorporando en los marcos normativos los derechos y las prácticas indígenas. ¿Cómo se está viendo ese avance?
—Creo que se han dado saltos más visibles, porque la lucha de los pueblos indígenas viene desde hace algunos años y en materia de constitucionalización también. La década de los 90, por ejemplo con Colombia y el propio caso del Ecuador, fue sumamente importante en el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y el carácter pluricultural. Ahora que se han hecho nuevas constituciones, lo que se ha hecho es ampliar, reafirmar e incluir el principio de la plurinacionalidad. Significa que están incluidos en la Constitución y que el siguiente paso es la materialización para la efectivización plena del ejercicio de los derechos indígenas y creo que ése es el gran salto que están dando, de lo que está en el marco constitucional a materializarlo en lo cotidiano, en la institucionalidad, y que pueda ser la ruta de la inclusión efectiva de lo que se está viviendo en Bolivia y en los otros países.
—Es muy complejo que este desafío pase del papel a los hechos. ¿Cómo se puede dar este paso?
—Ya lo han comenzado, con esta primera acción que ya da la ruta de una nueva forma de gestión de la diplomacia, de un nuevo enfoque del rol de la diplomacia, me parece sumamente importante, ya es un paso. Y en las distintas instancias tendrán que darse los cambios y sobre todo la materialización de los derechos, (lo) que tendría que ver con políticas públicas en algunos casos. En el ámbito académico, que no se quede detenido con lo convencional, le va a tocar incorporar nociones de los pueblos indígenas, (que esta materia) forme parte del pénsum académico y que nuestras sociedades pluriculturales vivan con conocimientos globales y en ese sentido permitamos el desarrollo de todos los excluidos.
—¿Cómo se está viendo el avance en materia de derechos en Bolivia?
—Importante, en los derechos que antes se habían excluido, ya no solamente en función de sujetos distintos desde la perspectiva étnico-cultural, la perspectiva afrodescendiente, sino el de avanzar en el fortalecimiento institucional, por ejemplo, por la vía de la participación ciudadana, integración del Tribunal Constitucional, es una mirada al país y ya no es solamente por derechos particulares de pueblos indígenas, sino es por derechos de la ciudadanía como tal..
Y es un nuevo ejercicio, antes a lo mejor no se habrán tenido estos mecanismos, pero una sociedad viva tiene que hacer ejercicio de las cosas nuevas que están de por medio y eso abre más canales como nos ha pasado en el Ecuador; de pronto alguna cuestión que no resultó puede ser modificada y perfeccionada. El hecho de soñar con nuevas posibilidades, con nuevos derechos de la participación y de la fortaleza de la institucionalidad por la vía de esa participación ciudadana son valores no cuantificables, son inconmensurables para el fortalecimiento de la democracia, para generar situaciones o estabilidades que permitan redundar en un desarrollo más equitativo de la sociedad y creo que siempre tendrá puntos más a favor que puntos en contra respecto del desarrollo.
—¿Qué es plurinacionalidad?
—Vendría de dos aristas, lo uno respecto de la identidad. De acuerdo con el Convenio 169 (de las Naciones Unidas) adoptado por los Estados, significa que hay un reconocimiento pleno que en cada uno de nuestros países no hay la hegemonía de una sola cultura que dominó, sino que hay culturas originarias del mismo valor y jerarquías de cualquier pueblo.
El Estado plurinacional significa incluir, democratizar y viabilizar líneas de participación, entonces no va a ser sólo un reconocimiento para que quede en el aire o en el papel, sino que los actores, los sujetos de derechos individuales y colectivos tienen que ser partícipes en la toma de decisiones, en las consultas, mediante distintos mecanismos, respetando usos y costumbres de los pueblos en general.
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