lunes, 26 de septiembre de 2011

RECHAZAMOS REPRESION A LA MARCHA DE CIDOB


MOVILIZACION MUNDIAL EN SOLIDARIDAD CON LA LUCHA INDIGENA DEL TIPNIS

En estos días se han vivido momentos de tragedia para los pueblos indígenas del mundo. Un presidente indígena ordena la masacre de otros indígenas, de las tierras bajas y organizadas en CIDOB. Niños y mujeres golpeados, cientos de dirigentes perseguidos y encarcelados. ¿Hay algo tan importante en juego como para llegar a este extremo absurdo? ¿Vale tanto una carretera como para herir de muerte la esperanza de nuestros pueblos y destruir en un día la construcción de un estado verdaderamente plurinacional?. Rechazamos profundamente, esta represión, la obsesión por imponer una carretera, los intereses mezquinos de empresarios brasileños dispuestos atropellar todo por simples negocios, la ceguera de dirigentes que se comportan como “colonizadores” irónicamente a nombre de una “descolonización”.

Respaldamos una vez más la lucha de CIDOB y la justeza de sus demandas para que esa carretera no atraviese el “Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Secure” (TIPNIS) sino que cambie de ruta, y pase por su costado y no afecte la vida, el ambiente y la salud de los pueblos indígenas. Algo viable de hacer un simple desvío, salvamos la pervivencia de los pueblos indígenas y la naturaleza a la cual estamos unidos. El Buen Vivir no tiene nada que ver con la depredación y corrupción de los cocales ni con carreteras para fomentarlas.

Encima de la represión, ahora viene la burla de un supuesto “referendo” manipulado, donde los cocaleros que quieren invadir y colonizar las tierras bajas, van a votar y hacer “ganar” a la carretera. Denunciamos la violación del Convenio 169, Declaración de la ONU sobre derechos indígenas y Constitución boliviana, al imponer a sangre y fuego la destrucción del territorio y naturaleza indispensables para la pervivencia de los pueblos del TIPNIS.

Llamamos a las organizaciones indígenas del mundo a solidarizarse en forma activa y concreta con la Marcha Indígena de CIDOB. Está en juego la continuidad histórica de los pueblos indígenas y del proceso de efectiva descolonialidad de Bolivia. Si el gobierno lo abandona por el neo desarrollismo extractivista y negociados con capitales brasileños; los pueblos indígenas retomarán el camino y una batalla central es sobre el TIPNIS. No puede ni debe triunfar un gobierno que retrocede y traiciona, los mandatos de un pueblo. Deben avanzar quienes siguen firmes y profundizando los cambios sociales para que el Buen Vivir de armonía entre sociedad, naturaleza y cultura, pase del discurso a la práctica.

Llamamos a nuestros hermanos del mundo a las siguientes acciones:

a) Cartas al gobierno boliviano, de respaldo a la plataforma de CIDOB y que se desvíe esa carretera.

b) Cartas al gobierno brasileño, para que deje de ser cómplice con este etnocidio, y que el banco (BNDES) y constructora (OAS) acepten desviar la carretera.

b) Plantones ante las embajadas de Bolivia en sus países, con las mismas demandas.

c) Hacer llegar a CIDOB la ayuda material necesaria para detener los abusos del poder estatal

d) Organizar una Misión Indígena internacional hacia Bolivia, liderado por el Foro Permanente de la ONU, el Relator Especial para Minorías Étnicas de las Naciones Unidas de manera de apoyar en el terreno a que se atiendan las justas demandas de los pueblos indígenas movilizados.

e) Demandas internacionales (CERD, CIIDH, OIT, ONU) por los derechos colectivos de los pueblos indígenas en Bolivia.

Mayor información comunicarse con Sra. Eliana Rioja del Departamento de Comunicación de CIDOB, al número de celular 00591-72653034. Correo e: com@coica.org.ec / cidob@cidob-bo.org

“LA SALVACIÓN DEL PLANETA ESTA EN LA SABIDURÍA ANCESTRAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE LA AMAZONIA”

¡El TIPNIS se defiende y no se vende!

miércoles, 21 de septiembre de 2011

DECLARACIÓN DE LA COORDINADORA DE LAS ORGANIZACIONES INDĺGENAS DE LA CUENCA AMAZÓNICA - COICA ANTE CASO TIPNIS - BOLIVIA


¡Un solo puño a favor del TIPNIS!

(Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure) - BOLIVIA

Bajo esta consigna los Pueblos Indígenas Sudamericanos nos hemos unido para luchar por los derechos de nuestros hermanos Moxeño trinitario, Yuracaré y Chimán. El Coordinador General de Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), Sr. Edwin Vásquez y el Sr. Miguel Palacín Coordinador General de Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), siguiendo el mandato de Manaos de el Foro Latinoamericano de Abya Yala realizado en agosto pasado, se encuentran actualmente acompañando a nuestros hermanos indígenas Bolivianos en la lucha por defender sus derechos a la libre determinación y autogobierno al oponerse incondicional e irrenunciablemente a la construcción de la carretera Villa Tunari - San Ignacio de Moxos que atravesaría una parte del Parque Nacional Isiboro Sécure.

En este contexto ayer martes 20 de septiembre un nutrido número de elementos de la Policía se dirigió al lugar donde se desarrolla la marcha para impedir su avance hacia el poblado de Yucumo. Según los voceros de la policía y el fiscal de San Borja, Juan Ernesto Muñoz, el objetivo de su presencia es el de evitar posibles enfrentamientos entre indígenas y colonos. Desde Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, categóricamente nos oponemos a la vulneración de los Derechos a la libre expresión y reclamo de las demandas de nuestros hermanos , quienes en forma pacífica intentan hacer llegar sus demandas al Presidente Morales.

Los representantes del Consejo Directivo de COICA y los presidentes de las nueve organizaciones nacionales indígenas de los países de la cuenca amazónica hacemos un llamamiento al comité de veeduría de la marcha para velar por los Derechos de Nuestros hermanos amazónicos.

La COICA desde su posición de máximo organismo de representación supranacional indígena amazónico se mantiene expectante ante las decisiones que adopte el Gobierno del Presidente Morales, así como también nos mantenemos vigilantes ante las medidas de represión que sean objeto nuestros hermanos de CIDOB. Cualquier medida atentatoria a los derechos humanos de los marchistas indígenas será condenada y denunciada ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos y ante los organismos Internacionales de Derechos Humanos, por lo que apelamos a la sensibilidad del Gobierno Boliviano y a la Comunidad Internacional para solucionar este conflicto, que además de constituir una violación a territorios ancestrales, atenta gravemente a una de las zonas más biodiversas del mundo, por las que los pueblos indígenas luchamos milenariamente por su conservación para el beneficio de la humanidad entera.

“LA SALVACIÓN DEL PLANETA ESTA EN LA SABIDURÍA ANCESTRAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE LA AMAZONIA”

Dado, en Quito – Ecuador, a 21 de septiembre de 2011

Área de Comunicaciones de COICA.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Por qué la marcha indígena debe llegar hasta la ciudad de La Paz?




Conforme pasan los días, el debate sobre cómo lograr una articulación positiva entre desarrollo y preservación de la naturaleza, va cediendo paso a otros intereses políticos que, sin proponerse la mayor parte de sus actores, están tributando a una estrategia mayor formulado por los Estados Unidos y la derecha nacional e internacional.

La reanudación de la marcha indígena hacia la ciudad de La Paz, tras permanecer una semana en la localidad beniana de San Borja y no prosperar la formulación de acuerdos con el gobierno, abre un antes y un después en la movilización indígena: relega a un segundo plano el debate en torno a la construcción de un tramo de la carretera que Villa Tunari y San Ignacio de Moxos y coloca en primer lugar distintos intereses políticos cuyo común denominador es poner en entredicho el carácter indígena-popular del proceso de cambio y el liderazgo nacional e internacional de Evo Morales en la lucha por la emancipación de los pueblos originarios y la defensa de la Madre Tierra.

Con este cambio de la agenda que impulsó la organización y el inicio de la marcha, particularmente concentrada en la legítima preocupación de los pueblos indígenas del TIPNIS por el impacto socio-ambiental de la construcción de la carretera, se deja pendiente la discusión de cómo interpretar las diversas pluralidades establecidas en la Constitución Política del Estado y, sobre todo, de cómo lograr una articulación entre desarrollo y preservación de la naturaleza.

¿Qué elementos llevan a la afirmación de que se cambio la agenda?

Primero, la ausencia de una respuesta puntual a las seis alternativas que una comisión gubernamental planteó el 4 de septiembre pasado en San Borja, además de la propuesta de otras medidas para preservar el parque nacional, impedir el avance de asentamientos humanos y garantizar el cumplimiento de la Declaración de los derechos indígenas de la ONU, el convenio 169 de la OIT y la Ley de la Madre Tierra.

Segundo, el predominio de un discurso político de ruptura de los protagonistas de la marcha y de los que, desde distintas perspectivas, los apoyan y acompañan.

De hecho, un primer escollo que se puso así misma la marcha indígena para viabilizar un diálogo con el gobierno es la incorporación de otros 15 puntos a la agenda, todos ellos orientados a inmovilizar el aprovechamiento de recursos naturales en la perspectiva de generar ingresos para el país.

Y entonces un nuevo regreso a la pregunta ¿por qué la marcha de los indígenas de las tierras bajas debe llegar hasta la sede de gobierno?

La respuesta no puede ser menos que puntual. En la marcha participan distintos actores que a pesar de tener motivaciones, perspectivas e intereses distintos –en algunos casos contradictorios- confluyen alrededor de la necesidad de librar una batalla política con la orientación y la naturaleza de la conducción del proceso de cambio.

¿Cuáles con estos actores y sus intereses políticos?

Primero, están los pueblos indígenas de las tierras bajas que retoman su disputa con sus pares de las tierras altas respecto de su historia antes y después de la invasión colonial, así como de sus diferencias en torno a los conceptos de desarrollo, tierra-territorio, poder político y proyecto emancipador.

Pero, a esas diferencias positivas para abrir un debate sobre la necesidad de trascender la visión andina de país, predominante desde la fundación de la república y no resuelta todavía en este proceso de edificación del Estado plurinacional, hay que sumar la pelea por la hegemonía al interior de la CIDOB entre una fracción andino-amazónica controlada por Adolfo Chávez y Celso Padilla de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG). Ambos dirigentes, bastante influyentes, nunca tuvieron una relación político-ideológica con el MAS que no sea, sobre todo el primero, pragmática y utilitarista.

En lo que coinciden ambos dirigentes es en formar un instrumento político de los pueblos indígenas de las tierras bajas. Esto no es nuevo. Tampoco malo en sí mismo. A contra ruta de los campesinos y colonizadores (ahora comunidades interculturales) que en 1995 fundaron el Instrumento Político –primero Asamblea por la Soberanía de los Pueblos y después Movimiento Al Socialismo-, la dirigencia de la CIDOB siempre tuvo más aproximaciones a partidos tradicionales como el MNR y el MBL (recuérdese que Marcial Fabricano fue candidato a vicepresidente por el segundo partido, que luego terminaría aliado del gonismo) que interés por una relación directa con las organizaciones campesinas del IPSP.

De hecho, una revisión del comportamiento electoral de los pueblos indígenas de las tierras bajas en las elecciones de 2005 y 2009, incluyendo las locales de abril de 2010, darían un cuadro de situación interesante para identificar las preferencias políticas de estos pueblos y determinar con precisión la fragilidad de la relación con el gobierno de cambio.

Segundo, tras bambalinas está esa fracción de ultraderecha cuyo caudal electoral en el país gira cerca del 28% en los últimos diez años. Es esa parte de los políticos y la población que no acepta ni aceptará nunca a ningún gobierno de izquierda y más aún a un líder indígena con ideas de cambio. No importa dónde han militado o con qué partido de ultraderecha se han identificado (ADN, FSB, PODEMOS, CONVERGENCIA u otros). Lo que los une es su “anti-comunismo” traducido en la actualidad en su “anti-evismo”.

Lo interesante es que esa derecha primitiva –que excluyó, persiguió, reprimió y despreció a los indígenas históricamente- se ha transformado coyunturalmente en uno de los actores que levanta con entusiasmo las banderas de la plurinacionalidad, el respeto a los derechos de los pueblos originarios y la defensa de la naturaleza, lo cual no solo es un indicativo de la hegemonía discursiva conquistada por el proceso de cambio, sino también indicativo de la existencia de un escenario en que se disputará la dirección del Estado y la sociedad. Ya no hay, salvo raras excepciones, políticos y analistas que no defiendan –aunque muchos reniegan de ellas- de la participación del estado en la economía, de la importancia de la inclusión, de lo plurinacional y de tener un país de iguales.

Tercero, con indisimulado optimismo están los disidentes del MAS y del gobierno, quienes son portadores de una lectura (“su lectura”) unilateral de la Constitución Política del Estado. Este grupo no es heterogéneo ni único, pues están desde ex dirigentes sindicales hasta intelectuales y ex autoridades de gobierno que han sido activos protagonistas de la conducción del proceso desde un inicio, de sus dinámicas y proyecciones.

Su heterogeneidad también le está dada porque su “desmarque” se debe a la imposibilidad de haber accedido a responsabilidades públicas en unos y por sus crecientes contradicciones teóricas con el vicepresidente Alvaro García Linera en otros, pasando por prejuicios y otros intereses menores. De este grupo, unos apuestan en silencio a un reencuentro sobre nuevas condiciones con el presidente del Estado plurinacional y otros están decididos a construir otro proyecto político bajo el supuesto de que es posible tener “algo diferente” a la izquierda de Evo Morales y con grandes posibilidades de éxito.

Quizá dos errores de cálculo en este heterogéneo grupo: el método elegido –la ruptura- para poner sobre el tapete de discusión sus ideas y el desconocimiento de que si el péndulo se mueve será a la derecha. Eso sucedió en los 70 con Torres y a mediados de los 80 con Siles Suazo.

Cuarto, es la participación activa del Movimiento Sin Miedo (MSM), cuya apuesta es la acumulación de fuerzas y el posicionamiento político en otros sectores que no sean las capas urbanas de La Paz. Acompañado por una larga experiencia política, Juan Del Granado, el jefe del MSM, tiene la certeza de que no es posible derrotar a Evo Morales si previamente no se le afecta su hegemonía en los pueblos indígenas campesinos originarios, cuya particular articulación ha dado lugar a la emergencia de un sujeto histórico que le ha dado su sello al proceso de cambio.

Esta necesidad de posicionamiento fuera de su “ambiente natural” ha empezado en las elecciones de abril de 2010 y si bien los pueblos indígenas de las tierras bajas no tienen un gran peso electoral, su captación puede ser interesante desde el punto de vista simbólico y en la disputa de sentidos.

Quinto, está la presencia activa de una fracción de la CONAMAQ encabezada por Rafael Quispe, un indígena-campesino que tras su distanciamiento con Evo Morales estuvo muchas veces cerca de las formulaciones de los dirigentes de la Media Luna y de parlamentarios de Podemos en el período 2006-2009 y de Convergencia Nacional a partir de enero de 2010.

La radical crítica de Quispe al gobierno de Morales busca potenciarse con su participación en la marcha, a pesar que los indígenas de las tierras bajas lo miran con recelo por su relación estrecha con la embajada de los Estados Unidos. La apuesta es salir con un prestigio tal que le permita resolver a su favor la lucha que por el control de la CONAMAQ tiene con Sergio Hinojosa, otro dirigente de su sector bastante próximo al proceso de cambio.

Sexto, es la presencia del “capitalismo verde” y de los Estados Unidos a través de una influencia directa en bastantes ONG que, directa e indirectamente, están conectadas a los financiamientos de USAID y de su proyecto de control regional: la Iniciativa para la Preservación de la Cuenca Andino Amazónica.

¿A qué estrategia mayor están tributando?

Sería un grave error político pensar que la mayor parte de los actores e intereses que participan de la marcha forman parte de la estrategia estadounidense para derrotar el proceso de cambio. Pero también sería una ingenuidad no darse por anoticiados que Estados Unidos tiene acumulada una larga experiencia para “montarse” sobre legítimas preocupaciones y darles su propia direccionalidad. Para muestra dos ejemplos de los años 80 relacionados con lo que se está diciendo: alentó a la fracción más radical de la izquierda que gobernaba en la pequeña isla de Granada y estimuló la resistencia de los misquitos al gobierno sandinista de Nicaragua. Los primeros fueron anulados del esquema después de facilitar la intervención militar estadounidense y los segundos fueron instrumento de penetración de la contra-revolución organizada por Estados Unidos desde Honduras.

A diferencia del primer mandato del gobierno indígena-popular, en la que Estados Unidos y la derecha –nacional e internacional- pusieron en marcha la estrategia para el derrocamiento de Evo Morales y la reversión del proceso de cambio por métodos no democráticos y violentos, cuyo pico se dio en septiembre y octubre de 2008, en la actualidad se está desarrollando la estrategia de desgaste para la derrota política del cambio y de su máximo conductor. Con la primera se lo quería “expulsar” antes que cumpliera el mandato constitucional. Con la segunda se apuesta a que llegue “sin aliento” a las elecciones de 2014.

Para avanzar en esa dirección confluyen perfectamente la campaña de deslegitimación de las elecciones judiciales de octubre –con el argumento de que el MAS quiere controlar todo el Estado- y la marcha por la defensa del TIPNIS –con el discurso de que Evo no cree en la Madre Tierra.

Esta segunda estrategia de dimensión continental también contempla la construcción en el imaginario colectivo nacional e internacional de otros matrices de opinión: la existencia de un narco-estado (para lo que aprovechará la relación de un general y otros policías con el narcotráfico), un estado tolerante con el terrorismo (utilizando las relaciones con Irán y ocultando que ese país tiene presencia diplomática con todos los países de América Latina, a excepción de Panamá) y un gobierno no democrático.

La capacidad de la derecha para montarse sobre los conflictos –a los que el gobierno contribuye por una ausencia de mirada estratégica, la inexistencia de un aparato político que libre la batalla ideológica y política en la sociedad civil, su poca capacidad de redefinir su relación con los que deben estar de su lado, el escaso avance en el cambio de la matriz productiva y un déficit de participación social en la construcción de un nuevo tipo de poder-, apenas comienza. No hay duda que la derecha apuesta a terminar el año con victorias en ambos planos y enfilarse hacia mediados de 2012 promoviendo referéndum revocatorio para autoridades departamentales, municipales y, sobre todo, de diputados uninominales. Un presidente que pierda los dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional y una cantidad de gobernaciones y municipios, es el escenario ideal para tratar de revertir el complejo y largo proceso de cambio.

Por eso, si eso es así, la respuesta del gobierno no solo pasa por resolver con los indígenas de las tierras bajas y no al margen de ellos el diseño final para la construcción de la carretera en condiciones que garanticen cuidado y preservación del Parque Nacional como área protegida, sino en restablecer una nueva forma de relación con todas las organizaciones sociales. Evo está en condiciones, si él quiere, de salir airoso junto a los indígenas de las tierras bajas, y de hacer ajustes para llevar al proceso de cambio a un nuevo escenario y con un ritmo distinto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.